Estos días está en todos los medios el tema de la educación escolar. Parece que van a apretar las tuercas a nuestros hijos para conseguir " La excelencia". Se ve que aún no han comprendido que apretando tuercas solo se consiguen robots. Nuestros niños son de carne y hueso, de risa y emoción, de fantasía y barro. A nuestros niños les ha dotado la naturaleza, claro que si, del deseo y de la capacidad de aprender, pero si forzamos esa capacidad corremos el riesgo de que se vuelvan indolentes y rebeldes, en contra de su natural inclinación. Quiere la escolarización que todos sean iguales, que aprendan a leer , a dividir , a entender el mundo al mismo tiempo, sin respetar el ritmo y la personalidad de cada uno, cuando las madres con mas de un hijo sabemos lo diferentes que pueden llegar a ser. Pese a todo hay un movimiento de base que indica que algo está cambiando y que el futuro va a ser bastante diferente por mucho que no se enteren los políticos. Es un movimiento, no de profesionales ni de administradores, si no de padres y madres que han decidido ser ellos los que lleven las riendas de la educación de sus hijos y les da igual lo que diga la administración y sus "expertos". Hablo de asociaciones de padres y maestros que se han unido para montar una escuela alternativa, y de familias que educan en casa según diferentes modalidades mas o menos formales. De ellos va a venir la verdadera reforma educativa, que se hará realidad cuando se flexibilicen los colegios públicos y se de entrada real a los padres en la educación de sus hijos.
Una nueva escuela está naciendo y algunos no se quieren dar cuenta.
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